lunes, 26 de julio de 2010

Metamorfosis


La derrota en las elecciones legislativas del año pasado, fueron un duro golpe para Néstor Kirchner. Más de uno habrá pensado, que dicho fracaso significaría el desvanecimiento de la fuerza política del ex presidente. Sin embargo, este animal político logró modificar ese escenario tan adverso hasta volver a posicionarse como el más firme de los candidatos a las presidenciales del próximo año.

La actual estructura de la arena política argentina, no se conformó por obra y gracia divina. Kirchner debía recuperar el poder cedido a la oposición y hacia allí enfocó su accionar. El gran primer paso, consistió en darse cuenta que su agresivo perfil precisaba de un urgente cambio. De ese verborrágico y patotero Kirchner, que en sus histéricos discursos se mofaba de sus adversarios tildándolos de nerviosos, poco ha quedado. Su nuevo personaje ya no grita, ni vomita revanchismo. Ahora nos encontramos ante un pingüino bueno, que ha sabido recuperar el espacio perdido gracias a la ejecución de una estrategia demagógica, pero por demás efectiva.

Su primer medida fue el costosísimo “Fútbol para todos” (NdR: significa más de 600 millones anuales de gasto para el Estado nacional), destinado hacia un target al que reconquistó automáticamente. En un país bien futbolero, cómo no darle al pueblo lo que el pueblo quiere. Gesto que se atesora, sobre todo, en aquellos sectores que ante tantas necesidades insatisfechas, una caricia siempre será bien recibida.

Luego lo siguió el tratamiento del consumo de marihuana, una posición favorable a la legalización del aborto los efusivos apoyos al ídolo popular Diego Maradona y la encarnizada lucha por la legalización del matrimonio gay, entre otros. Todas temáticas que ni por asomo se acercan a los prioritarios problemas que tiene el país. Sin embargo, cada una de ellas está apuntada a atraer la atención de específicos grupos de interés sociales. Los sectores carenciados, los jóvenes y la discriminada comunidad homosexual, son un ejemplo.

Este Kirchner bueno, se presenta distante de aquel que supo fragmentar a una sociedad argentina en crisis y que además alejó a todos sus socios internacionales, en materia de relaciones exteriores. “No es posible que dos países hermanos estén peleados”, sostuvo Néstor, quien en su actual cargo de Secretario General de Unasur se encargará de mediar en el conflicto entre Colombia y Venezuela. Sí, el mismo que quebrantó las relaciones argentino-uruguayas y que tensó el vínculo con Brasil, ahora aparece como el principal actor en la búsqueda de una salida al enfrentamiento entre Chávez y Uribe.

Esta transformación, se da en el marco de un objetivo que apunta al mantenimiento del poder y no a otra causa. Esto es solo un cambio de maquillaje, ya que sus convicciones siguen siendo las mismas. En Santa Cruz, pudo lograr su cometido. Y a nivel nacional, sus intenciones se ven beneficiadas por una híbrida oposición y una sociedad que vive dentro de una burbuja que se debate entre la superficialidad y un pasado que no se puede superar.

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