jueves, 10 de junio de 2010

¿El mundial de las sorpresas?

Los resultados que han arrojado estos primeros diez días de competencia, sorprendieron a más de uno. Las derrotas de España y Alemania, los consecutivos empates de Italia e Inglaterra y la casi decretada eliminación francesa, son un ejemplo de que en el fútbol ya no se gana más con la camiseta.

La paridad existente entre las selecciones débiles y las poderosas, es la consecuencia de un fugaz proceso por medio del cual los equipos sparring de la copa (léase africanos, asiáticos, norteamericanos y algunos europeos) han sabido plantarse ante los candidatos. Todos ellos, adquirieron conocimientos tácticos que les permiten comprender mejor el juego y explotar las debilidades de sus rivales. Además, sus jugadores se encuentran desparramados por las ligas más importantes del mundo, lo que ha acelerado la evolución de sus habilidades técnicas y el desarrollo de la experiencia necesaria para competir contras las grandes figuras internacionales. A contrapartida de ello, es posible ver la involución de aquellas selecciones, que arriban a la gran cita con aspiraciones de levantar el trofeo.

Gracias a los beneficios conferidos por el mercado futbolístico global, las ligas de las selecciones grandes, están plagadas de jugadores extranjeros, que llegan a sus equipos como promisorios fichajes de bajo costo y, a la postre, muchos de ellos terminan ocupando un rol protagónico por encima de los jugadores locales. Dicha situación, atenta contra su ciclo de desarrollo de nuevos valores, arrojando como consecuencia una escasez en el recambio de calidad. Este es el problema que están atravesando los combinados europeos, en los cuales se observan a muchos veteranos defendiendo las camisetas de su país. Como resultado, la brecha de recursos entre ricos y pobres se ha acortado enormemente, a punto tal que ya no son frecuentes las tremendas goleadas que las selecciones fuertes le propinaban a las de menor relieve.

La única excepción pareciera ser España, que más allá de su derrota inicial ante Suiza, muestra un elevado volumen de juego, que le permite seguir soñando en conseguir el éxito. Sin embargo, en su futuro se vislumbra un camino pedregoso hacia la clasificación a octavos. En el mundial de las sorpresas no tan sorprendentes, Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y la actual campeona de Europa, pueden perecer mucho antes de lo previsto. Lo llamativo, es que pueden hacerlo todas juntas y al mismo tiempo.

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